La oruga procesionaria es una plaga específica de pinos y otras coníferas y sólo existe en este tipo de arboleda donde puede criarse y reproducirse.
Las hembras ponen los huevos en las acículas u hojas coníferas durante los meses de julio y agosto y mueren a las pocas horas pues no se alimentan. Un mes después nacen las larvas, que desarrollan pelos urticantes y crean su bolsón (parece también una tela de araña), que les sirven de resguardo en las noches y en los meses de invierno. Al final del invierno, las orugas que ya han completado su desarrollo larvario bajan en fila, una detrás de otra, (de ahí su nombre común de procesionarias) por el tronco del pino para buscar el lugar donde enterrarse y crisalidar.
Daños de la procesionaria
El mayor peligro que origina la oruga procesionaria del pino se produce entre finales de febrero y abril, es decir, cuando bajan del árbol. La bajada no se realiza individuo a individuo, sino que forman una fila de individuos (procesión). Los pelos de la oruga procesionaria contienen una toxina denominada Thaumatopina, se desprenden como mecanismo de defensa y pueden causar urticarias a las personas y animales domésticos. En el caso de los animales domésticos, el contacto con órganos sensibles (nariz, lengua) puede incluso provocar necrosis en los mismos, y en caso de ingesta, incluso la muerte.
Síntomas de la oruga procesionaria en perros
Si hemos detectado la presencia de la oruga procesionaria en nuestro jardín o en los alrededores, será imprescindible tomar ciertas precauciones siempre que salgamos a pasear, así como conocer algunas de las señales que indican una posible intoxicación por procesionaria
- Hipersalivación
- Inflamación de la piel
- Reacción alérgica
- Irritación de la piel
- Ampollas
- Úlceras
- Inflamación de la lengua
- Lengua roja, amoratada o negra
- Malestar general
- Nerviosismo
- Rascado excesivo
- Problemas al respirar
Estas son algunas de las señales más frecuentes que podemos observar tras el contacto de una procesionaria con nuestros perros, no obstante existen muchas más. ¿Qué podemos hacer entonces si nuestro perro ha olido o se come una oruga procesionaria?
A continuación te damos las claves para una correcta actuación de primeros auxilios pero no olvides acudir a un veterinario urgentemente.
¿Qué hacer si tu perro toca o come una procesionaria del pino?
- Sin utilizar las manos, siempre con el uso de guantes o pinzas, retiraremos con cuidado la oruga procesionaria o las vellosidades que hayan podido permanecer en el pelaje de nuestro perro.
- Lavaremos con abundante agua fresca y limpia la zona afectada.
- Evitaremos frotar, manipular o hacer presión en las posibles heridas, pues podríamos provocar que los pelos urticantes liberaran más sustancias tóxicas.
- Acudiremos de inmediato a un centro veterinario.
Este año además por culpa de la pandemia se ha realizado un menor control de los nidos de la procesionaria por lo que pedimos estéis atentos al suelo si vivís cerca de zonas con coníferas o salís a pasear al monte. Como siempre la prevención es nuestra mejor aliada.